Acerca del Candombe

Uno de los rasgos más característicos de la cultura uruguaya

Con sus profundas raíces africanas, el candombe es ampliamente reconocido como uno de los rasgos más característicos de la cultura popular uruguaya. Aunque internacionalmente es menos conocido que otros estilos de música latinoamericana de origen africano (como la afrocubana o la afrobrasileña), el candombe posee una riqueza rítmica considerable y merece un mayor reconocimiento. En reconocimiento a su rica historia y valor cultural, en 2009 fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por UNESCO.

La manifestación más importante y representativa del candombe es la llamada de tambores: un grupo de tamborileros tocan el ritmo característico del candombe–también llamado ritmo de llamada–mientras marchan por la calle. Esta es una práctica tradicional los fines de semana y días festivos en puntos específicos de la ciudad. Un desfile de varios de estos grupos de tamborileros, junto con bailarines y personajes tradicionales, todos con sus trajes, es un evento muy importante durante las fiestas de Carnaval.

Durante generaciones, el candombe se practicó en los barrios con mayor concentración de población negra de Montevideo, pero hace tiempo ha sido adoptado por la sociedad en general y lo practican miles de personas en todo el país. Sigue siendo, sin embargo, un símbolo de la identidad de las comunidades afrodescendientes en Uruguay. Los dos barrios con mayor tradición en la práctica del candombe son Barrio Sur y Palermo, considerados la cuna del ritmo. Cada uno tiene un estilo distintivo y reconocible de ejecutar el ritmo, que generalmente se denomina por los nombres de las calles prominentes de cada barrio: Cuareim y Ansina, respectivamente.

Esencialmente una forma folclórica, su ritmo también se integró de diferentes maneras en varios géneros de la música popular, como el tango, el canto popular, y muy especialmente en todos los géneros derivados del llamado candombe beat.

El instrumento del candombe se llama tambor, y hay tres tamaños diferentes cada con su sonido distintivo: chico (pequeño y más agudo), repique (tamaño y tono medios) y piano (grande y grave). Los tres tambores se tocan con la mano hábil sosteniendo un palo y la otra golpeando el parche del tambor. El palo también se usa para golpear el cuerpo del tambor, para producir un sonido llamado madera. Este sonido se utiliza cuando se toca el patrón rítmico que se llama, precisamente, madera o a veces también clave, en analogía con la clave afrocubana. El conjunto de tamborileros se llama cuerda de tambores, y en una llamada tradicional comprende típicamente entre 20 y 60 tambores (a veces más en el desfile de Carnaval), con números proporcionales de cada uno de los tres tambores. También son comunes los grupos más pequeños en diferentes circunstancias, y la cuerda mínima tiene uno de cada uno de los tres tambores.

Cada uno de los tres tambores tiene una función diferente en el ritmo y patrones específicos asociados a sus respectivos registros; el ritmo del candombe resulta de la interacción entre los patrones de los tres tambores. Un patrón adicional, compartido por los tres tambores, es el patrón de madera o clave, con funciones similares a la línea de tiempo en las tradiciones musicales afrocubanas y del África subsahariana. Sirve como medio de organización y sincronización temporal; todos los tambores lo tocan como introducción y preparación para el ritmo, y durante la llamada sólo la toca el repique entre frases.